En barrios latinos de ciudades como Charlotte, Chicago, Los Ángeles, Houston y Miami, miles de familias migrantes pasaron este Día de Acción de Gracias bajo un ambiente de temor debido al reciente incremento de redadas migratorias y operativos de ICE. Aunque tradicionalmente se trata de una fecha de reunión y gratitud, este año muchas personas optaron por no salir de casa, evitar compras de última hora e incluso renunciar a las celebraciones por miedo a ser detenidas. Organizaciones comunitarias que ofrecieron cenas gratuitas reportaron baja asistencia, mientras que iglesias y comedores solidarios en Florida, Texas y California confirmaron que numerosas familias prefirieron resguardarse para no arriesgarse a un encuentro con autoridades migratorias. Las sillas vacías se repitieron en múltiples hogares, reflejo del aumento reciente en detenciones, deportaciones y ausencias que han fragmentado reuniones familiares.
El clima de angustia se intensificó luego de operativos como el realizado en Charlotte, donde la Patrulla Fronteriza llevó a cabo la operación “Charlotte’s Web”, con más de 200 personas detenidas en apenas cinco días. Aunque autoridades locales anunciaron que ese operativo concluyó, comunidades latinas temen nuevos despliegues tras reportes de que acciones similares podrían repetirse en ciudades del sur del país. A ello se suma el endurecimiento de la política migratoria bajo el gobierno de Donald Trump, que ha ordenado reforzar detenciones y ampliar redadas en zonas urbanas. Activistas y redes de defensa legal en Chicago, Nueva York y California reportan un aumento significativo en solicitudes de apoyo y señalan que el miedo ya no solo alcanza a personas indocumentadas, sino también a migrantes con procesos pendientes o permisos temporales. Para muchas familias, este Día de Acción de Gracias no se trató de festejar, sino de llegar completas al final del día, en medio de un ambiente que convirtió una celebración tradicional en un recordatorio de la incertidumbre que viven en Estados Unidos.




